Los Últimos Tiempos
El ridículo de los refugios (y demás "protecciones")


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El milenarismo esconde más de un peligro del que nunca se habla. El primero, y el más evidente, es que tras la histeria desatada de turbas que creen en cualquier cosa que un pseudo líder les diga (ovnis, suicidio colectivo, conspiraciones de diversa índole, etc.), se forja una idea totalmente errada de los grupos de personas e incluso individuos solitarios que se interesan con seriedad en el tema de los Últimos Tiempos, aunque sin proclamar fechas a diestra y siniestra, ni fomentar ningún tipo de desarreglo social o moral.

Estudio es estudio. Y material hay en demasía. No querer escuchar es una opción, pero también existe el cristiano que ama a su Madre y desea saber lo que Ella viene a decir al mundo, además de una serie de sucesos espantosos del día a día que parecen indicarnos la decadencia de la actual civilización.

Pero este problema (el de la generalización que surge a partir de los grupos de locos milenaristas) es sólo uno de los que se crean en base al fanatismo y la irracionalidad de estas gentes.

Otra cuestión muchísimo menos advertida y divulgada, y sin embargo, de gran importancia, es la relacionada con la preservación. Los consejos, medidas "de seguridad" y supuestas revelaciones de estas agrupaciones, que empiezan a empapelar al mundo con noticias de lo más descabelladas.

¿Qué es esto de protegerse? Empecemos por suponer lo siguiente: Dios realmente anuncia un castigo. El mismo se llevará a cabo sobre toda la humanidad, puesto que nadie está libre del pecado y la decadencia.

A esto agreguemos (y no estoy diciendo nada que contradiga -hasta aquí- las creencias de los milenaristas) que habrá pestes, hambre, desastres naturales, guerras y demás.

Sumemos además que al final vendrán tres días de tinieblas en donde el mundo será asolado por la muerte, mientras unos pocos, escondidos, serán preservados mientras oren con confianza, esperando el cambio.

¿Tenemos una visión más o menos acabada de lo que se supone que esperamos? Bien, agreguemos por favor fuego del cielo, y no olvidemos las bombas y los terremotos.

Creo que ahora sí -y continuamos sin alejarnos en nada de lo que esta gente espera- estamos en condiciones de preguntarnos lo siguiente...

¿Será posible que los milenaristas crean que se podrían salvar de semejante castigo metiéndose en un bunker y almacenando latas de conservas? Mueve a risa la sola idea...

Bástenos recordar (para los afectos a encontrar similitudes bíblicas) la noche en que Asrael atravesó Egipto, para ver algo ridícula la idea de un escape a los designios de Dios. ¿Verdad?

Entonces ¿será que la idea generalizada de estas personas es que ellos se van a salvar por lo que son?

Hace un tiempo pude ver, con cierta incredulidad ante lo que captaban mis ojos, a grupos norteamericanos que pensaban preservar la música country para el futuro. Y allí estaban, reunidos en un cuarto con todos los ídolos habidos y por haber, rezando, haciendo cábala y tirando las runas al son de un grupo de música country.

¡Increible! ¿Hasta dónde podremos llegar?

Nadie sabe qué ocurrirá con su persona cuando todo comience. Ni tampoco se sabe la fecha exacta del comienzo. Entonces... especulaciones puede haber muchas, pero lo que no puede ni debe ocurrir es que alguien proclame a todo pulmón que sabe cómo defenderse, ¡sí, defenderse! de la ira divina... Es descabellado.

Entonces, el peligro al que nos referíamos al comenzar este escrito, es el que sufren los pobres crédulos que piensan salvarse de la Voluntad de Dios con la ayuda de cuatro paredes y una bodega llena de comida.

Escuche bien estas palabras: ¡eso es ridículo! Imagínese escondido bajo tierra, ¡el buen bocado que es para un terremoto! ¿Y si aparece una epidemia adentro del bunker? ¿Y qué pasa con la gente enloquecida que desde afuera quiere entrar como sea para comer y protegerse? Pero más allá de todas estas preguntas (y las muchas más que no agregaremos por no cansar al lector) está la más importante y definitiva... ¿Creen acaso que es posible ir a algún lugar o hacer algo para defenderse de lo que Dios quiera en contra de Su Voluntad?

Amigos míos, llegado el caso, y en tales condiciones... Se hará como Él desee. Por lo tanto, defenderse de Dios es desafiarlo. Y si hemos de salvarnos... ¿por qué no confiar en Sus medios de protegernos de Su propia acción sobre los hombres?

Pensando en ilustrar mejor este trabajo, hemos querido tomar una de las muchas supuestas revelaciones que justamente fomentan lo que aquí denunciamos. El mensaje (en el cual no confiamos, por supuesto) está dirigido a la Dra. Mary Jave Even (EEUU) por la Santísima Virgen (eso dicen):

"(...) Ustedes también necesitarán ser precavidos durante este verano, debido a la gran cantidad de insectos, cucarachas, avispas, langostas y otros animales tan molestos como estos que se incubarán debido al calor extremo, pero no todos morirán durante el invierno como usualmente pasa. (...) Este período de tiempo se constituirá en la primera serie de plagas que vendrán. Observen sus jardines, fumiguen para evitar mosquitos y recojan sus frutos antes de que sean comidos por los animales.

(...) En el otoño necesitarán hacer decisiones finales si éstas no se han hecho, para cuidar sus fondos y finanzas. Más información les daré al respecto cuando llegue el otoño, especialmente en economía y qué deben hacer para evitar perder sus ahorros".

Obviamente, no estamos diciendo que no podamos defendernos de los "molestos mosquitos", pero vamos... ¿una aparición del Cielo para indicarnos que usemos insecticida?

Esto no es todo... lo más increíble es ver a la Madre de Dios ocupada en finanzas... ¿Se imaginan a la Virgen cuidando nuestra economía antes que nuestra salvación? ¿y de qué nos irá a servir el dinero cuando todo se caiga a pedazos?

Esta mujer, mezcla increíblemente sucesos de los Ultimos Tiempos con los del Fin del Mundo (que si estuviera llegando mayor razón nos daría en el poco sentido de preservar nuestros billetes) y ella misma enumera plagas, escasez de comida y agua, desastres de la naturaleza, aguas sangrientas, tercera guerra mundial, atentados, la bestia infernal, calor abrasador alternado con frío cortante (y ningún medio para defenderse de ello), muertes y asesinatos, etc., etc.

Y entonces... ¿para qué cuidar la economía personal? ¡Por Dios! ¿Cuándo empezaremos a pensar un poco?

A cambio, en un mensaje a un alma que quiso permanecer oculta, el Señor dice: Mis amados hijos, para el tiempo de las tribulaciones hay tres lugares de refugio: Mi Divino Corazón, Mi Divina Cruz y Mi Amada Madre Inmaculada.

Suena distinto, ¿no?

Hay muchos mensajes falsos. Tengamos cuidado y discriminación. Pidamos a Dios la luz para distinguir mejor, y por favor, ante todo... busquemos la coherencia a través de la razón.

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